Actitud Vital Positiva

Comienzo este post citando al Dr. Corbellá: “La vida supone una sucesión de fenómenos interconectados entre sí por la realidad de uno mismo”, y os dejo después el enlace a una entrevista a Fernando Sarráis (psiquiatra y psicólogo de la Clínica Universidad de Navarra y profesor de la Universidad de Navarra) en la que comenta su libro Madurez psicológica y felicidad, y que me sirve de punto de partida para hablar de esas gafas de colores con las que interpretamos el mundo o de ese ver la botella medio llena o medio vacía.

Las vivencias personales sobre lo que ocurre, cómo se vive, qué emociones despierta, y qué poso final y qué sensación deja en nosotros, son la esencia de nuestra vida. En la suma de todo esto podremos encontrar el grado de intensidad vital: si la sensación final es repetidamente placentera, tenderemos a sentirnos felices, mientras que si no lo es, ahondará en nosotros un sentimiento de desdicha.

Esta sensación final no depende solamente del tipo de acontecimientos que se presentan a lo largo de la vida, sino que interviene de forma decisiva la actitud personal de cada uno de nosotros ante cada acontecimiento, esa interpretación que hacemos de lo que sucede a nuestro alrededor.

Esta interpretación no solo se apoya en nuestra personalidad y en nuestra experiencia de vida, sino que también, y ahí radica la responsabilidad de uno mismo, en hacer nuestro el deseo de aspirar a reaccionar positivamente ante cada situación, en procurar esta actitud vital positiva.

Entiendo que la vida que se nos presenta a cada uno no es igual de fácil para todos, no obstante, según la actitud vital de cada uno de nosotros, el hecho de vivir cobra dimensiones diversas: hay vidas que se sufren, vidas que se pasan y vidas que se viven, muchas veces a pesar de las dificultades sobrevenidas.

• Entrevista a Dr. Fernando Sarráis - especialista del Departamento de Psiquiatría y Psicología Médica de la Clínica Universidad de Navarra. Educación, madurez y felicidad.